lmqaMientras que los datos oficiales hablan de que, en España, hay 23.000 personas viviendo en la calle; los datos extraoficiales señalan que hay cerca de 40.000. Duermen a la intemperie, en los portales, marquesinas o bancos; debido a una ruptura, generalmente brusca y traumática, de sus lazos familiares, sociales y laborales.

El miedo, la falta de recursos y de esperanza… dificulta o imposibilita recuperar una vida laboral y rehacer las relaciones familiares y sociales. ¿Y quiénes son nuestros indigentes?

Mientras que la edad media actual ha descendido hasta los 38 años, el nivel de estudios y la clase social de procedencia han aumentado, ya que nos encontramos personas con todos los niveles de estudios. Destaca, además, el repunte de la población joven: casi el 30% tiene entre 18 y 29 años.
La crisis económica ha agudizado el problema del paro y los casos de desahucio y realojo; habiéndose visto afectada en mayor medida la clase media. Jóvenes que abandonan centros de acogida o el hogar familiar sin los recursos adecuados, personas que salen de prisión, rupturas de proyectos familiares y otras dificultades personales y sociales hacen que el número se incremente.

En definitiva, se trata de personas que por una u otra razón carecen de cualquier tipo de apoyo. Pero no hogar significa mucho más que estar sin techo, implica, además, tristeza, soledad, rechazo, vulnerabilidad, discriminación… por eso, nuestros voluntarios salen por las calles de nuestras ciudades periódicamente buscando a estas personas para aliviar no sólo su hambre, sed y frío físicos; sino y sobre todo, su dolor, desánimo, negatividad, desaliento… llevándoles nuestro cariño, atención, orientación y palabras de ánimo.

Un apoyo para crear un proyecto de futuro, para dar sus primeros pasos hacia la recuperación de su vida y de una vida de calidad donde vuelvan a ser parte importante y activa para si mismos, su familia y la sociedad