La Mano Que Ayuda entrega alimentos semanalmente en sus sedes de toda España

El hambre en España es una realidad. La Mano que Ayuda entrega alimentos semanalmente en sus sedes de toda España.

Estamos habituados a escuchar en la calle y en los medios de comunicación que a consecuencia de la crisis hemos sufrido recortes en los servicios sociales, la población se ha empobrecido y hemos perdido estabilidad laboral. Es cierto que la situación económica ha cambiado para muchas familias pero, ¿realmente podemos decir que en España se pasa hambre? Según las últimas estadísticas, sí.

La problemática española

Se estima que más de 30.000 familias con niños no tienen todos los alimentos necesarios para una nutrición óptima. De hecho, hay menores que solo comen una vez al día: en el comedor del colegio.

Sin duda estos datos reflejan un grave problema. Muchos de estos jóvenes acuden a los colegios sin hacer la que se considera la comida más importante del día: el desayuno. ¿Cómo les afecta? Rinden menos, su concentración es inferior y su capacidad de atención también se ve reducida.

La labor social de la ONG no descansa

La Mano que Ayuda, es consciente de toda esta problemática que sufren las familias. Por eso una de las actividades en la que más hincapié hacemos es la distribución de alimentos semanal entre los más necesitados.

En concreto hoy hablaremos de la que se realizó en Vigo el pasado domingo y en la que se ayudaron a más de 85 familias.

Hace 13 años que se realiza esta acción en esta sede gallega. Los asistentes recibieron arroz, lentejas, galletas, conservas, garbanzos, leche, etcétera. Productos de primera necesidad y no perecederos que son muy importantes para todas estas personas.

“Acudieron sobre todo desempleados, pensionistas, personas con salarios muy bajos, inmigrantes que llevan poco tiempo en nuestro país y familias con niños”, asegura el responsable de la ONG en Vigo, Roberto Brandão.

El corazón de La Mano Que Ayuda

Como siempre, toda esta labor social sería im- posible llevarla a cabo sin el trabajo de los voluntarios. En esta ocasión participaron once y fueron los encargados de preparar las bolsas los días anteriores, recibir a las personas, hablar con ellas para conocer sus necesidades y distribuir los alimentos.

“Son muchas las historias que escuchamos. Personas que llegan sin comida, pero también sin esperanza en su futuro. Lo que más nos llena de alegría es comprobar cómo un tiempo después, gracias a nuestra ayuda consiguen dar la vuelta a la tortilla, salir adelante, vuelven a sonreír y a recuperar la autoestima”, afirma Roberto.

La concienciación es fundamental para que se produzca el cambio

Cuando hablamos de hambre vienen a nuestra cabeza imágenes de niños en el tercer mundo o de grandes hambrunas que abren los telediarios, pero no hay que irse tan lejos para ver situaciones dramáticas. ¿El problema? Cuantificamos el paro, el número de desahucios y creamos un sinfín de estadísticas, pero no tenemos datos oficiales sobre el hambre total que se sufre en España.

¿La realidad? Solo hay que darse un paseo por las calles, por los colegios o por los come- dores sociales y hablar con la gente. Unos se quitan la comida o la cena por darles algo a sus hijos, otros congelan yogures a punto de caducar porque no tienen otra cosa que llevarse a la boca y otros ni siquiera saben lo que es abrir la nevera y tener un brick de leche. En La Mano que Ayuda seguimos al lado de los más desfavorecidos y les damos todo nuestro apoyo.