La Mano Que Ayuda realiza mensualmente esta actividad en Carabanchel

Cuando pasamos por problemas económicos lo primero que eliminamos de nuestros gastos son las cosas que no consideramos de primera necesidad. Una de ellas es la peluquería. El problema es que, en estas circunstancias en las que todo nos va mal, si empezamos a descuidar nuestra imagen nos sentiremos peor aún. Y más allá, si queremos encontrar un empleo y no “estamos presentables” tendremos menos posibilidades de ser elegido.

La Mano que Ayuda preocupada porque los más desfavorecidos tengan unas condiciones mínimas para vivir, lleva realizando durante más de 20 años una importante labor social. Distribuyen alimentos, llevan a cabo reuniones motivacionales, apoyan a las personas sin hogar… pero también realizan otras actividades específicas como el Taller de Peluquería que se celebra una vez al mes en el barrio de Carabanchel –en Madrid–.

En esta última ocasión más de 20 personas pudieron beneficiarse de cortes de pelo, peinados y manicura totalmente gratis. Una gran iniciativa ya que, por las condiciones concretas de estas personas, la mayoría no pueden acceder a estos servicios.

“Los asistentes fueron sobre todo desempleados o familias con niños pequeños y jóvenes. Todos irradiaban felicidad porque se sintieron cuidados, atendidos y mimados por primera vez en mucho tiempo. Su autoestima creció y eso nos llena de felicidad”, relata el responsable de La Mano que Ayuda en Carabanchel, Guillermo Córdoba.

Entre la gran cantidad de historias que contaron a nuestros voluntarios destaca la de una chica hondureña que lleva solo tres meses en España. Narraba emocionada que llevaba más de un año sin poder acudir al peluquero y esta oportunidad que le ha facilitado la ONG ha sido un alivio para ella y una alegría en medio de tantos disgustos. Pero este no es un caso aislado. Actualmente muchas personas provenientes de Honduras están emigrando a España debido a la inseguridad, la delincuencia y la falta de trabajo que viven en su país. Llegan sin trabajo ni medios económicos para poder ayudar a sus familiares y mucho menos para vivir cómodamente aquí.

Los voluntarios hicieron una importante tarea. Además de buscar a aquellas personas capacitadas para realizar las labores propiamente estéticas, se ocuparon de ofrecer café y galletas a las personas que acudieron al evento para que se sintieran como verdaderos protagonistas.